Suele ser frecuente el recibir invitaciones de algunas marcas para probar sus productos. Es algo que entra dentro de ciertas estrategias de marketing. Esas invitaciones tan sólo te insinúan que estarían muy agradecidos si hicieras algún comentario del producto en tu blog. Es una táctica comercial, y no hay ningún problema en ello.
Todo esto, está claro, nada tiene que ver con el solomillo relleno del titular, sino con un e-mail que recibí hace unos días y que decía: “Nos llamamos Follow Up (Marketing & Comunicación), una agencia de publicidad. Trabajamos para Bolton Cile, una distribuidora de grandes marcas y llevamos la comunicación de algunas de sus marcas entre ellas Tabasco, Kikkoman y Maille. Las 3 marcas son productos de alimentación”.
Menos la salsa de soja conocía las otras dos. Las he utilizado y, de entrada, no me parecía mala idea. En mi respuesta iba implícito mi interés sobre su propuesta.
Al día siguiente me contestaban diciéndome: “La idea es que le enviemos un kit de cada marca, con producto y utensilios de cocina y que hagamos un acuerdo de un año, en el que cuelgue si es posible 3 recetas al mes, una de cada marca, o si le parecen demasiadas recetas 2 al mes”. Para añadir, o matizar a continuación que: “La idea es que las cuelgue con una fotito y nos avise para tener conocimiento de que las ha realizado”.
Algunos términos de la respuesta: un año, 3-2 recetas al mes…, me parecieron, como mínimo, difíciles de asimilar y les manifesté que: “Tras leer vuestra propuesta creo que ésta entra en contradicción con mis intereses o, mejor dicho, la línea que sigue el blog. Lo habitual, cuando se me ha invitado a probar determinado producto, es tener total libertad para comentarlo (positiva o negativamente), las recomendaciones (sic) sobre cuántas recetas debo publicar en el blog y durante cuánto tiempo creo son excesivas”. Finalizando mi respuesta diciendo que: “Aceptar vuestra propuesta de publicar 3 ó 2 recetas al mes (¿durante un año?) supondría hipotecar los contenidos del blog”.
Creo que hablo con conocimiento de causa si afirmo que, desde hace un par de años, muchas empresas -no sólo del sector agroalimentario- echan mano del “truco” de los Gabinetes de Prensa y Comunicación externos. Eso les supone que, con el coste que tendría una sola inserción publicitaria en un medio de comunicación de tirada media, tienen cubiertos todos los medios de su sector a través de inundarlos con notas de prensa u otro tipo de iniciativas como la aquí expuesta.
El Gabinete de Prensa y/o Comunicación sólo recibe al mes lo que les costaría un anuncio a dicha empresa, y ésta se asegurar, con ese módico precio, la presencia mediática en diversos medios, blogs incluidos.
Sinceramente, cada uno es muy libre de hacer lo que crea conveniente, pero en mi caso que no utilicen mi blog como un “corre, ve y dile” gratuito.
INGREDIENTES
1 solomillo de cerdo de unos 400 gramos.
4 lonchas de jamón serrano.
6 espárragos.
4 lonchas de queso Gouda con cominos.
Aceite de Oliva Virgen Extra.
Pimienta negra recién molida.
Sal.
Para la salsa
1 vaso de Oporto.
1 carlota /zanahoria pequeña.
1 cebolleta pequeña.
2 dientes de ajo.
Aceite de Oliva Virgen Extra.
Sal.
Guarnición
12 Pimientos minis dulces.
PREPARACIÓN
Cortamos el solomillo por la mitad -como si fuera un bocadillo-, lo abrimos y le colocamos el jamón, los espárragos salteados y las lonchas de queso Gouda con cominos y salpimentamos.
Cerramos el solomillo, y lo atamos con cordón de cocina. Salpimiéntalos por fuera.
Doramos el solomillo en una sartén con un chorrito de aceite y lo ponemos en una bandeja para el horno. Moja la carne con este jugo que ha soltado en la sartén y lo horneamos a 200ºC durante 15 minutos.
En una plancha asamos la manzana cortada a rodajas, así como los pimientos.
Una vez asado el solomillo, lo ponemos en un plato y retiramos la cuerda.
Vertemos el jugo en una cazuela, con la carlota/zanahoria, cebolleta y ajos cortados a trozos. Añadimos el vaso de Oporto y reducimos a fuego fuerte. Luego lo pondremos en un vaso de batidora y lo trituraremos todo bien hasta lograr una salsa homogénea.
Servimos el solomillo cortado a rodajas en el plato, acompañado con los pimientos, las rodajas de manzana y salseamos por encima.