Desde antiguo, el colorido abigarrado de los mercados se ha explayado por calles, plazas y lugares públicos. Allí se exponían a la venta los productos que los agricultores habían producido.
Entonces, pero no ya ahora, las verduras y frutas estaban sujetas a la estacionalidad de las mismas, las condiciones climáticas, las técnicas del cultivo, etc. Y sólo era posible encontrar y comprar aquello que era viable cosechar y recolectar en cada época del año.
Hoy en día, en las grandes ciudades, se pueden comprar las verduras y frutas en casi cualquier época del año.
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